Siempre que hay que hacer una sesión de embarazo es algo especial por la felicidad y ternura con la que se vive. Si además le añadimos que anteriormente ellos ya habían confiado en mi para ser fotografiados, la alegría es aún mayor si cabe. Cuando veo entrar por la puerta a los niños que una vez fotografié y que ahora han ido creciendo, es como si hasta yo fuese parte de sus vidas....
Gracias Lorena, Ruimán y Xenia por ser como son y por haber querido volver a inmortalizar este momento tan importante en sus vidas.
Felicidades por la inminente llegada de Ainhoa a esa bella familia.
Muchos besos a los cuatro.