Cuando realizas fotografías no es solo pulsar el botón y congelar el tiempo, es mucho más que eso. Hay que entender la historia de cada pareja e intentar plasmar sentimientos, pensamientos y recuerdos.
Fue un enorme placer conocer a Natalia y a Oscar y poder pasar una agradable tarde con ellos recorriendo los lugares en los que de niña ella jugaba en el bonito pueblo de Las Vegas, en Tenerife. Y para rematar la sorpresa de conocer a Carmelo, un gran tipo. Amigo de mi padre allá por los años setenta.
Gracias por elegirme para vuestra boda.